lunes, 15 de marzo de 2010

El Carpintero.

Un día, un carpintero estaba cortando una rama de un árbol debajo de un río y su hacha se le cayó al agua. El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole:



-- ¿Por qué estás llorando?
El carpintero le respondió que su hacha se le había caído al río. Entonces, Dios se metió a la corriente y sacó una hacha de oro.


Luego le preguntó: ¿Es esta tu hacha?
El noble carpintero respondió negativamente. Dios entró de nuevo al río sacando una hacha de plata.
-- Y ésta, ¿es la tuya?
De nuevo el carpintero negó.
Dios volvió al río y sacó una hacha de madera, y repitió la pregunta:
-- ¿Es esta tu hacha?
El carpintero, lleno de contento, le responde: -- ¡Sí!
Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al carpintero a su casa. 

Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa. Ésta tropezó y cayó al río. El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció y le preguntó: ¿Por qué estas llorando?


El carpintero le contó el accidente, luego de lo cual Dios se metió al río y sacó a Jennifer López y pregunta -- ¿Es esta tu esposa?

-- ¡Sí, sí! --contestó el carpintero. 

Dios se enfureció:
-- ¡¡¡Eres un mentiroso!!!, ¡¡¡un rufián!!!
El carpintero contestó:
-- Dios, perdóname. Ha sido un malentendido, porque si te hubiera dicho que no es Jennifer López, después hubieras sacado a Catherine Zeta-Jones; luego, si digo que tampoco es ella, sacarías a mi esposa y yo tendría que decir que sí es ella, y entonces tú me dejarías con las tres. Dios, compréndeme, soy un humilde carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo por eso dije sí la primera vez.

Moraleja: los hombres sólo mienten por causas honorables y siempre con las mejores intenciones.

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